Revista Caos

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    [Cap 3] Cazador

    ShadowLighty
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    [Cap 3] Cazador Rango_10


    Virgo Caballo
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    En Proceso [Cap 3] Cazador

    Mensaje por ShadowLighty Jue Oct 21, 2010 2:29 pm

    La verdad es que esta historia la había pensado como anime, pero ya que en su forma de haber sido escrita no hay mucha diferencia a una novela, la dejaré aquí.
    _________________________________________________________________________

    Capitulo 1: "San Valentine"



    Hoy es el día de San Valentín, el mejor día para declararte ante una muchacha, según dicen, claro.

    Ella es Valentine Hayes, es alumna extranjera, al igual que la forma en que hay que pronunciar su nombre.
    Llegó hace solo un año a la escuela y bastaron unos cuantos días para que se volviera la chica más popular y querida por todos. Cuando digo querida no me refiero a los profesores o trabajadores de la escuela, si no a los prototipos de machos que la acosan día a día.
    En cierta manera, ¿Quién no lo haría?, ella es hermosa, deportista, graciosa y muy inteligente. La chica perfecta dirían muchos, y lo digo yo también.

    Vez que he intentado hablarle siempre ocurre algo que lo impide: mi timidez, mi nerviosismo, mi estúpida forma de expresarme, mi tartamudeo o el millar de cosas que me gustaría no tener o hacer.

    Hace una semana en el comedor, ella se sentó junto a sus compañeras a comer su muy balanceado almuerzo, para mantener esa muy balanceada figura. Cada cinco minutos se le aparecía un chico con flores, chocolates e incluso poesía. Un día todo el coro masculino le canto una serenata, me dio vergüenza ajena, pero aun así eran ellos quienes cantaban y yo quien miraba de lejos, sin atreverse a actuar.
    Algo extraño me producía el mirarla, quizás amor o ilusión, difícil definir. A esta altura de la vida las sensaciones llegan a ser crudos traidores.

    Con el tiempo comencé a tomar nota mental de lo que podía o no hacer en determinados momentos.
    Los lunes por la mañana es casi imposible hablarle siendo que los niveles altos tienen Educación Física por tanto prefieren demostrarle sus peripecias para ver si consiguen atención.
    Los días martes por la mañana tiene clase de matemáticas, es donde los “aplicados” se la juegan por demostrar sus grandes dotes y se lucen haciendo al derecho y al revés los problemas físico-matemáticos. Ella se limita a reír cuando la miran, no es descortés.
    Luego tiene clases de Artes Manuales. La clase es algo repetitiva, siempre llega alguien con algún animalito tierno o alguna figurilla hecha con arcilla para conquistarla. Ella le agradece y lo guarda con delicadeza en su bolso, me sorprende su paciencia.
    Luego la hora de almuerzo, donde yo creo que lo que menos hace es almorzar. Todo ser viviente con algo entre las piernas se le acerca a declarase o a decirle algo… Ya me tienen harto, ¿Acaso no hay un real caballero a su altura?, me molesta ver todos esos bajos niveles de “machos”.
    No saben tratar a una mujer.
    Luego su clase de cocina, donde hay solo mujeres y es ahí donde puede descansar.

    A pesar de que en los demás días tiene diferentes clases es exactamente lo mismo.
    Salvo el día viernes, que es cuando tenemos Educación Física y todos los hombres de mi clase prefieren ir a jugar fútbol salvo dos o tres en los que estoy incluido.
    Es cuando veo la majestuosidad de la belleza encarnada, en perfecto movimiento.
    Sus movimientos, sus danzas, todo en ella es tan sutil y delicado, es… un ángel.

    Me pasé todo el fin de semana pensándolo, y ya estaba resuelto. Se lo diría el día de San Valentín, me declararía ante ella. No con el fin de esperar algo, sino que ser como aquel guerrero que prefirió levantar su espada y morir, que aquel que nunca la desenvainó y vivió tristemente.
    Cuando ya lo había pensando, sentí que pasaron cinco minutos, pero se me fue volando todo el fin de semana.
    Ya era lunes e iba camino a la escuela. “Este es el gran día”, me decía constantemente.
    “No te retractes en ningún momento”.
    Luego de pensarlo detenidamente me percaté de que no habían palabras, no había pensado en que decirle una vez tuviese su atención. Pero, da igual, cuando llegase el momento algo se me ocurriría.

    Ya llegada la hora de almuerzo, la miré constantemente, y unas mil imágenes y bellas palabras abrumaron mi mente. Es lo que debe haber sentido un artista al ver a su muza.

    Nunca le había hablado, quizás ella ni siquiera sabía que yo existía.

    La seguí mirando, vi como se reía con sus amigas. Que bella sonrisa.
    Algo ocurrió. El mundo se paralizó. Cada fracción de segundo se volvió una eternidad. Todo el comedor se iluminó, cada persona dejó de existir, y mi felicidad, era la de todos aquellos que existían en la tierra juntos al mismo tiempo.
    Ella, me estaba mirando.

    Aun siento que ese cruce de miradas, duró toda mi vida. Sus ojos penetrantes, entraron hasta el rincón más oscuro de mí ser tan solo para iluminarlo con su hermoso rostro. Era una mirada tan fuerte y poderosa que me sentí como un vil parásito ante su magnificencia. Fue en ese momento que lo comprendí. Yo no estaba a su altura.
    Algo se cruzó en nuestras miradas, dejó algo sobre la mesa de la muchacha y siguió su camino sin siquiera voltearse.
    Ella tomo ese algo y lo leyó, sonrió y siguió charlando con sus amigas.
    En ese segundo todo volvió a la normalidad, todos caminaron y el sonido abrumador de cientos de voces volvió a invadir el lugar.

    -¿Estás bien?
    Era Albert quien preguntaba, mi compañero de banco y gran amigo, creo.
    -Sí, tranquilo, es que pensaba en alguna estupidez.
    -Ah, ya veo. Bueno, vamos a la sala que las clases ya comenzarán.

    En clases no me pude concentrar, no dejé de pensar en aquel sujeto, quien habrá sido.
    Se tomo los segundos de mi vida en dejarle esa nota y desaparecer. Es como si nunca hubiese ocurrido.
    Aun así no me rendiría, se lo diría después de clase, aun que fuese lo último que pudiera hacer.
    -Señor Vincent Freeman, veo que está muy atento a la clase. Así que usted iniciará la nueva unidad de poesía. Por favor díganos un poema que conozca.

    Demonios, había olvidado la clase.
    -Si señorita Live, hem, un poema. Yo…
    -Esta vez te salió difícil Vincent.
    -Cállate Albert.
    -¿Y bien señor Freeman? Lo estamos esperando.

    Las niñas ya comenzaban a reírse y mis compañeros veían como me hundía más y más
    -Tu…

    Las palabras utilizaban mi boca como medio, querían salir y nos la detendría.
    -Tú eres la bella muza que inspiró mi pasión, he sido un necio al negarte en mi corazón, somos tan solo un acorde en la canción, que el trovador no puso en su acordeón.
    Hemos sido los bellos de la noche, donde los astros y estrechas se enteran al des noche.
    Solo seremos el polvo del viento, que una y otra vez se me mesen en su coche.

    -Veo que respondió bien, joven Vincent, para la próxima…
    Como en toda historia debía ser salvado por la campana, y así fue. Aun que no se qué tan salvado haya estado, ahora venía lo más difícil. El momento que me define como el cobarde que fui, o el valiente que seré.
    Salí de la escuela y me dirigí hacia la salida… Fue allí que mis sueños se desmoronaron.
    En un muro cercano estaba ella, con aquel muchacho mirándola. No era cualquier sujeto, el estaba claramente a su nivel. La impresión que desprendía era la de todo un caballero, el poder de su mirada, tan solo con eso dijo todo lo que debía decir.
    Se vieron uno al otro por unos instantes, luego el tomó la mano de ella, la besó, le sonrió y se fue. Ella le respondió la sonrisa y continuó su camino, con dirección hacia donde estaba yo.
    En ese segundo entendí, ella solo habla aquel lenguaje, y por suerte lo negó.
    Cada vez se acercaba más, ya veía mi oportunidad.
    No debería sentirme ganador, pero al ver que lo negó a él, me hace creer que aun ahí lugar.
    Se acercaba más.
    Ahora era mi turno, yo sería el valiente de los pocos que lo haría, esta era mi oportunidad.
    Ella pasó a mi lado.
    Las palabras no me seguían, ni los movimientos, ni la respiración, ni todo mi ser, tan solo me congelé. De nuevo el tiempo se hizo eterno, sentía como a cada milímetro que se alejaba estaba a miles de metros lejos de ella. Mi oportunidad desaparecía. Ella estaba junto a mí, y yo quieto como estatua. No dejaré pasar esta oportunidad, no flaquearé en este momento, no ahora.
    Mi mano se movió y tomó la de ella, se detuvo a mi lado. Solo por el rabillo del ojo la veía y ella a mí.

    -Yo…
    -¿Tu?
    -Tu… Valentine Hayes, en este día de San Valentín, quiero que sepas…
    -¿Qué quieres que sepa, Vincent Freeman?

    Ella sabía mi nombre. Y lo recordó perfectamente.
    -Tú me gustas.

    Un leve silencio dejó a la brisa jugar con nosotros, antes de que el sutil sonido de sus labios recorriera mi vida nuevamente.
    -Te he visto Vincent, y sé que me miras. Sé que te ha costado hacer esto… Valoro increíblemente tus esfuerzos. Se lo que se requiere para hacerlo, y los pocos que lo han hecho, han sabido vivir.

    Mantuve silencio para dejarla continuar, no quería interrumpir en mal momento sus palabras. Quería que entendiera que la comprendía.
    -Aun tomas mi mano… Y eso es algo que nadie se ha atrevido a hacer, aun no entiendo porque si nunca lo negué.
    Te encuentro interesante, he sabido de tus poemas en los concursos fuera de la escuela, he sabido cuanto me miras.

    Solté su mano, el nerviosismos comenzaba a hacerme sudar.
    -Yo te miraba porque, estaba hartos de que los otros llegasen como si nada a declarase ante ti, como si fuese verdadero amor lo que sentían.
    -¿Es verdadero amor lo que tú sientes ahora, Vincent?

    Nunca lo había pensado de esa manera, ¿Amor?, ¿Gusto?, existe una gran diferencia.
    -Yo tan solo sé… que me gustas mucho.
    - Lo lamento Vincent, pero no te dejaré jugar este juego… Aun no eres un cazador.
    -¿Eso es un…?

    Siguió su camino respetando los tiempos. Me debo haber quedado allí unas cuantas horas, meditando en lo sucedido, comprendiéndolo, digiriéndolo.

    Este día… No hubo ganador en la batalla.

    ___________________________________________________________________
    Capitulo 2: No queda si no luchar.
    https://revistacaos.activo.mx/romance-f8/cap1-cazador-t7.htm#21
    Capitulo 3: Damas y Señoritas
    https://revistacaos.activo.mx/romance-f8/cap2-cazador-t7.htm#27


    Última edición por ShadowLighty el Lun Nov 29, 2010 3:42 pm, editado 4 veces
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    En Proceso Capitulo 2: No queda sino luchar

    Mensaje por ShadowLighty Vie Nov 19, 2010 4:01 pm

    Telefonearon a mi madre en la mañana, al parecer no habría clases por el resto de la semana, una fuga de gas en la escuela hizo que la cerraran.
    Mejor así, no quería ir. Aun que no ir a la escuela fuese una de las felicidades más grandes en alguien de mi edad, ya no tenía razón de ser.
    La comida de anoche me supo a nada, el sueño fue ligero y pesado, ya nada debía ser ni existir.
    ¿Cómo es posible que me afectase tanto? Decidí meditarlo todo el día, fue una derrota como muchas otras que hubo y que habrá, debo acostumbrarme.

    Hoy vino mi abuela a almorzar… Siempre me da algo de dinero, pero ni eso me motiva a hacer algo.
    Me senté en el balcón, luego de almorzar, a sentir la brisa del verano.
    En febrero aquí es verano y en otros países no… Que complejo es todo esto.
    -¿Amor, Vincent?
    -¿Ah?

    Mi abuela era silenciosa y rápida, parecía un ninja del antiguo Japón.
    -Tu mirada refleja una derrota, pero tú orgullo no te permite comprenderla ni disfrutarla.
    -¿Disfrutarla?
    -Je je, veo que si es amor.

    Ella era buena, muy buena.
    -Perdí abuela, ya no queda nada por hacer.
    -No te eches a morir por pequeñeces.
    -Abuela, yo no gané, no fui correspondido.
    -¿Acaso ella dijo que no?
    - Ella dijo…

    Recordé sus palabras, “aun no eres un cazador”.
    -Hmm ya veo. Mi nieto ha crecido muchísimo.
    -¿De qué hablas abuela?
    -Ella no te ha negado, ella… te está esperando.
    -No entiendo.
    -¿Quieres ser un cazador?
    -¿Qué es eso? ¿Me ayudará?
    -Je je, conozco a alguien que puede ayudarte.
    -¿Quién?
    -En mis tiempos mozos, un muchacho me cortejaba de una manera inimaginable. Era todo un caballero, y más que eso, el era un cazador. No era de estos caballeros de pacotilla que se ponen la armadura y se la sacan luego de la conquista, el no. El era todo un hombre, a pesar de su corta edad.
    -¿Y qué paso? ¿Es el mi abuelo?
    -No Vincent. En ese entonces yo no podía con alguien así, era casi como un ser celestial, demasiado para una mortal como yo. Su forma de ser, su actitud, su actuar. Era todo lo que espera una dama al ver películas y leer historias de príncipes azules y damiselas en peligro. Pero una vez llegan, te das cuenta de que nunca te hiciste damisela.
    -Ah, ya veo.
    -Ve hoy en la tarde a la tienda del pan y habla con el hombre más anciano, el podrá ayudarte. Dile que vas de mi parte.

    Abrasé fuerte a mi abuela, es agradable que la voz de la experiencia nos de fuerzas para continuar.
    -Gracias abuela.
    -De nada Vincent… Y hazme un favor.
    -¿Si?
    -Llega hasta el final.
    -¡Si abuela, lo haré! ¡Y gracias por todo!
    -Je je je, ya me debo ir, cuídate mucho.

    La ayuda de mi abuela llegó en el momento exacto. Espere a que se fuera y le dije a mi madre que saldría a jugar.
    Lo único que hice fue caminar recto a la panadería. Mucha gente y muchas ancianas.
    No fue difícil, el único que atendía era un anciano, que trataba con suma cortesía a la gente. Debe ser él.

    -Hola, yo…
    -Hola joven caminante, tu rostro me resulta familiar.
    -Vengo de parte de Perséfone Alesus.
    -Já Já Já, pues seas bienvenido joven…
    -Vincent, Vincent Freeman.
    -… joven Vincent ¿En qué te puedo ayudar?
    -Quiero… ¡Quiero volverme un cazador!, y todo lo que ello implique.
    -Hmm, ya veo… Tienes la mirada y la determinación de uno. Pero, ¿Sabes lo que es ser un cazador?
    -Yo, no tengo ni la más mínima idea.
    -¿Y de dónde has oído la palabra?

    Me dediqué a contarle mi historia mientras atendía a la gente. Por un momento me pareció que no le importaba, pero al prestarle más atención me di cuenta que el hacía lo mismo conmigo. No dejaba detalle pasar, atendía como todo un caballero a la gente y me preguntaba y oía con suma atención.
    -Déjame terminar aquí y te ayudo.
    -Sí señor.

    Terminó de atender a toda la gente del local y lo cerró.
    -Muy bien Vincent, lo que te voy a enseñar es solo para guerreros, por tanto no hay vuelta atrás.
    -¡No pienso retractarme!
    -Así me gusta. Te explico, un cazador es… un Don Juan, un caballero, pero no solo eso. Es casi una raza de personas, de hombres en especial. Son aquellos que no olvidan los detalles y las bellezas de la vida, son aquellos que con cada segundo que pasa se fortalecen más, son aquellos que respetan su entorno y saben vivir con él en armonía. Pero son aquellos que en el momento de la batalla, tomarán su espada y lucharán hasta el final. Un cazador es quien consigue lo que quiere, es quien ve su presa y no descansará hasta atraparla. Si realmente quieres ser un cazador debes entender eso, tú tienes una batalla permanente hasta conseguir tu objetivo.
    -Es algo complicado.
    -Y aun más joven aprendiz.

    Eso sonó a película de artes marciales.
    -Existen dos razas, por así llamarlas de cazadores. Los que nacen y los que se hacen. Muchas veces los que se hacen es solo para conquistar a alguien y eso es todo. Los que nacen, son toda su vida un caballero, incluso sin siquiera notarlo. Basándome en tu historia se nota claramente que eres un cazador de nacimiento, tu vida gira en torno a ese actuar. Aun estas en periodo de crecimiento, has llegado en buen tiempo a mí.
    -Gracias señor.
    -Debo explicarte también que existen tipos de cazadores. Están los por trofeo…
    -¿Por trofeo?
    -Por muy extraño que suene, así es. Los cazadores por trofeo son aquellos que tienen más fuerzas que los otros en el momento de la caza, y solo se conforman una vez conseguido el objetivo, su trofeo. A lo que ocurra después no le dan importancia; en términos del amor, pueden seguir o no con la muchacha, pueden durar poco o mucho.
    -Como algunos amantes de una noche.
    -Así es, ellos se esfuerzan en conseguir su objetivo, y una vez logrado lo desechan.
    -No suena muy caballero que digamos.
    -La verdad no, pero si lo piensas bien, ellos solo van por mujeres que buscan el mismo objetivo, tan solo una noche. Los cazadores reales saben reconocer a la gente y separarla, un cazador por trofeo nunca ira por alguien que quiere enamorarse para toda la vida.
    -Veo que aun así hay un respeto mutuo.
    -Cierto, pero también estas los que no son cazadores y son de una noche, ellos no respetan a nadie ni las consecuencias.
    -¿Cuáles son los demás?
    -Está el cazador por fama.
    -¿Por fama?
    -No es como la fama de la televisión, pero si es muy parecida. Es de aquellos cazadores que se perfeccionan a sí mismos en el arte de la conquista hasta llegar a ser casi unos ídolos. Ellos se vuelven muy apreciados y lo que hacen es ganar fama y ego. Pero aun así cabe reconocer que siempre serán respetuosos y atentos, nunca perderán los principios de un cazador.
    -Pero entonces muchos hombres son así, y sí muchos de la televisión.
    -Son muy parecidos, pero los de la televisión y el “mundo de la fama” son falsos, son como los “de una noche” que no son cazadores.
    -Oh ya veo.
    -También está el cazador “príncipe azul”. ¿No hay mucho que explicar cierto?
    -Déjeme ver, son aquellos caballeros a la antigua, que recitan poesía y canciones al balcón. Que usan palabras rebuscadas y eso, ¿Cierto?
    -Sí, pero siempre recuerda, un cazador “príncipe azul”, no recita poemas encontrados, no usa cualquier palabra, el sabe hablar con su corazón y decir lo que realmente siente, el se enamora y vive. Porque sin amor su existencia es invalida.
    -Wow, el si es interesante.
    -Y por último está el cazador vividor. Es el cazador que es caballero en todo momento, sin importar que, cuando ni dónde. Es caballero consigo mismo y con sus objetivos personales, y a la vez deja que todo ande volando, la importancia la tienen las cosas importantes, pero la vida es un simple juego para él. El disfruta, hace y deja disfrutar.
    -Veo que el tema de los cazadores no era algo tan simple.
    -¿Quieres saber de qué tipo eres cierto?

    Me leyó la mente con facilidad. Valentine me dijo que aun no era un cazador, significa que podré serlo. Pero… De todos estos tipos aun no lo sé.
    -Tienes ventaja chico.
    -¿Por qué?
    -Porque tú naciste cazador. Muchos aquellos que se hacen cazadores, se pierden en el camino y terminan siendo unos viles rufianes que no saben cómo tratar a las mujeres. Son aquellos intentos de hombres que no tienen conciencia de la vida. Tú no te volverás uno de ellos. Tú tienes la mirada y la sangre de un cazador.
    -¿Qué debo hacer? ¡Haré todo lo que me diga!

    Me incliné ante él, quiero demostrarle que estoy dispuesto a todo.
    -Tu primera misión será… Vender pan.

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    En Proceso Capitulo 3: Damas y Señoritas

    Mensaje por ShadowLighty Lun Nov 29, 2010 3:16 pm

    Está claro, el muchacho de la carta era un cazador. Me sorprende haber conocido un cazador en la escuela. Suena a algo tan lejano de la realidad. ¿De qué tipo habrá sido?
    Puede haber sido por fama, todas las muchachas lo adoran. O quizás un príncipe azul, por la forma en que entrego la carta sin voltearse. O quizás…
    -¡Niño!... ¡Deja de soñar despierto y vuelve a trabajar! Las damas no están aquí para ver como se enfría su pan.
    -Sí señor, disculpe.
    -¡Cien sentadillas! ¡Ahora mismo!

    Parecía el infierno, vez que me equivocaba me hacía trabajar el cuerpo. No sé cuanto dure haciendo esto.
    -¡¿Listo?! A trabajar.
    Me ponía rápidamente de pie y seguía con la venta del pan.

    -Si señora, ¿Que quiere?
    -¡Dama!
    Me gritó el anciano.
    -¡Todas ellas son unas damas y las trataran como lo que son!
    -¡Si señor!

    Poco a poco comenzaba a comprender su forma de enseñar.
    Ya pasado el día repasaba todo lo que había aprendido, y no era poco. El trato con la gente me fortalece.
    Nunca me había percatado de ello. El hacerme decirles dama, me hizo ver algo que nunca antes había visto: la belleza que posee cada mujer. Cada una es diferente entre si, y así también su belleza, pero ninguna es menos que la otra, no importase su edad o apariencia.
    -Has aprendido rápido muchacho, llevas tan solo un mes conmigo…

    ¿Un mes? ¿Ya había pasado un mes entero?, es, es cierto. Hace tres semanas que volví a clases, y ella no ha existido para mí. Y no debe hacerlo, no hasta que sea un cazador y esté a su nivel.
    -Has aprendido bien el asecho joven Vincent.
    -¿Asecho?
    -Así es. El asecho es tu carta de presentación, es lo primero que ven en ti para evaluarte.
    -¿Quiénes?
    -Todos. La gente al ser orgullosa prefiere evaluar a los demás en vez de a sí mismos. Y tú para eso les darás la mejor imagen que tengas.
    -Pero si miento, podría dar una mejor aun…
    -Ese es el punto… Todo aquel hombre que ha mentido en su asecho ha caído por su mismo peso.
    -Lo entiendo perfectamente, es como aquellos sujetos que les dicen a las damas todo lo que tiene y todo lo que hacen, pero llegado el momento de los que hubo, resultan unos mentirosos.
    -Entiendes bien. Es por eso que tú no te creas una de la nada, tú mejoras la tuya. Toda persona tiene un asecho, pero muchos no lo trabajan, por ejemplo: la gente que es vergonzosa o introvertida, pierden todo su asecho…
    -¿Es por eso que me hacía hacer ejercicios en frente de la gente, para perder mi vergüenza?
    -Exacto, y no solo por eso. Aun que suene discriminatorio, las mujeres y hombres con el paso del tiempo han creado una imagen de belleza, que es la de los sujetos bien formados físicamente. El asecho también posee eso, ni siquiera te has dado cuenta, pero tu estado físico ha mejorado bastante, con los ejercicios.
    -Ahora que lo dice, tengo abdominales y pectorales, quizás no exageradamente formados pero ahí están.
    -Y ten cuidado con eso. Aquellos que se preocupan mucho por el asecho físico que tienen terminan convirtiéndose en unos egocéntricos y olvidan su meta.
    -Lo tendré siempre en mente.
    -Has tratado a las damas con todo el detalle que se merecen, has aprendido a apreciar su belleza real, has mejorado tu vergüenza, la cual nunca debes perder.
    -¿Por qué no?
    -Porque si la pierdes no sabrás diferenciar las cosas en su respectivo momento. La vergüenza te permite hacer cosas que antes no, y te bloquea otras. Eso es lo que te diferencia de todos los demás.
    -Entonces… ¿Cómo es mi asecho ahora?
    -Aun no está perfectamente formado. Eres bien parecido, buena altura, bien cuidado. Un estado físico que debes mantener. Buena atención y detallista, además de gentil y sensible.
    -¿Sensible?, suena algo “delicado”.
    -Je je je. Se ve que estas influenciado por esta sociedad.
    -¿Ah?
    -¿Quiénes crees que inventaron la poesía o el “amor”? ¿Quiénes crees que supieron dibujar bellas y sutiles obras de arte? Hombres muchacho, hombres. La mujer posee la delicadeza desde su nacimiento hasta su muerte y así también el hombre. Con el tiempo la delicadeza se ha visto como algo femenino, por tanto todo hombre que sea delicado pierde su masculinidad. Pero piensa algo, actuar de forma delicada no significa ser menos “macho”, significa que estas más atento. Tú has sido delicado al tratar a las mujeres que vienen y ellas te ven como todo un hombre.
    -Wow, ahora que lo pienso es cierto. Siempre las mujeres se enamoran de aquel que sabe tratar sus sentimientos, de aquel que es delicado en el verdadero sentido de la palabra.
    -Al igual que el amor, el amor es parte de todos. Todos nos enamoramos, todos amamos. Todos sentimos amor. Aquel hombre que resigne el amor y lo separe de su ser, está perdiendo su verdadera esencia de hombre.
    -Nunca lo olvidaré. Nunca separaré el amor de mí.
    -Que así sea joven Vincent.
    -Gracias señor.
    -Por cierto… Ya llevas un mes aquí, si quieres decirme señor hazlo con mi nombre…
    -Su nombre…
    -Soy Dante Heinton.
    -Si señor Dante.

    Este mes ha sido corto y a la vez largo, aun tengo un gran camino por recorrer.

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