[Cap 4] Entonces... Espera hasta mañana.

[Para ahorrarme la pequeña verguenza, es una historia que escribí hace mucho tiempo, en esos tiempos que no sabía escribir]

Capitulo 1 “La Caída De Un Pequeño Ángel”



Contexto:

Es un gran parque, lleno de árboles frondosos y aves pequeñas, es tiempo de otoño: abrigos largos y bufandas. Los colores predominantes en el cielo y la naturaleza son el café, rojo y naranjo, lo mejor para el amor…según dicen.


Se ve a un hombre, aunque joven: unos veinticuatro años,sentado en una de la bancas de aquel gran parque, donde predominan los árboles,arbustos y otros.

Failus: Un día más, un trabajo más, ufff (suspiro), que agotador es todo esto. ¿Por qué no terminamos de una vez?, pero para que, no lo sé.
Bueno, no saco nada con seguir aquí mejor me voy a la casa o se pondrá mas frío.

Algo llama la atención de Failus, era un grupo de perros que ladraban a las faldas de un gran árbol, entre muchos de los que había, con dirección a una de las ramas más altas. Cuando Failus miró hacia aquella rama,logro distinguir, a duras penas, a una muchacha balanceándose en el débil brazo del árbol. A piedras y patadas sacó a los perros, luego, arremangándose la chaqueta, subió por el árbol, resbalando de vez en cuando, pero siempre seguro.

Luego de haber subido bastante, llegó hasta el comienzo dela rama donde se encontraba la muchacha, al estar allí intento distinguir su rostro pero a causa de la oscuridad no logro ver nada con claridad. Cuando decidió avanzar hasta ella se oyó un: -¡No se acerque!

Failus: Veo que tiene dificultad para bajar, así que he venido para ayudarla.

Desconocida: ¡Le he dicho que no se acerque!

Failus comienza a avanzar lentamente a través de la rama, es en eso que se oye un crujir, bastante profundo desde el interior de la rama.

Failus: Ha, ya veo por que me decía eso. Bueno, no se preocupe, iré por ayuda así que pronto estará abajo.

No se escucho ninguna respuesta, pero Failus concluyo que ella estaría de acuerdo.

Ya abajo del árbol, Failus toma dirección hacia la salida del parque, para buscar ayuda. Pero ya sin haber avanzado ni tres metros, se oye un nuevo crujido, esta vez más fuerte. Sin pensarlo dos veces, Failus se prepara para subir el árbol nuevamente, en son de rescatar a la señorita. Pero en un movimiento no deseado, la señorita resbala y se dirige al suelo en caída libre.

Con los brazos hacia ella, Failus logra detener la dura caída. Cae con ella al suelo, pero la muchacha amortigua con el cuerpo de Failus.

Al levantarse el muchacho solo alcanza a pensar una cosa: es un ángel. Antes de que la rama le cayera en la cabeza para dejarlo inconsciente.

Cuando recupera la consciencia y despierta, es de mañana, y esta en la misma banca en la que estaba antes, mientras el guardia le despierta y le dice que se marche.

Failus: ¿Me habré quedado dormido? Bueno, ya no llegue a casa, pero... Que raro que me duerma en el parque, esto nunca me había sucedido.

¿Cómo es que estoy aqu…¡Ya recuerdo!, la chica del árbol,¿¡Donde esta!? ¿Habrá sido un sueño?, No, no puede ser, era demasiado real. Yo… yo la salve, eso no ocurre así como así.

Guardia: ¡Señor,no debería irse a trabajar!

Failus: Bueno, si tiene razón... (Ya estaba caminando) ¡Pero que demonios estoy haciendo! ¡Debo saber quien era ella!

Es en esto que toma una velocidad increíble para subir el árbol. Ya arriba comienza a buscar algún indicio de que hubo alguien allí, algo que le haga creer que todo eso fue real.

Failus: ¡Aja!, una hoja, esto me quiere decir que… estoy loco…

Buscando y buscando, casi perdiendo la paciencia. (Siendo que no tiene mucha) logra dar con algo que puede cambia el transcurso de su vida, y esto es…

Failus: ¡¿Un helado?! ¿Qué hace un helado aquí arriba? Que importa, esto es bueno, significa que hubo alguien aquí. Pero como sabré de quien es. ¿Deberé hacerlo o no?

En un acto desesperado Failus prueba del helado casi derretido y consumido por las hormigas.

Failus: ¡Capuchino!, es un helado de capuchino, y la única heladería mas cercana esta por unas calles aquí cerca.

Vuelve a usar una velocidad que ni dios sabes de donde saca. Es así que se encuentra frente a la heladería con los restos de helado en la mano, mirando todos los sabores haber si se encuentra con el ya probado. Y claro ahí esta, se nota que no han sacado mucho. –Obvio, a quien le gusta el helado de capuchino- piensa Failus.

Después de hacer la fila le pregunta a la vendedora:

Failus: Disculpe, necesito saber algo de suma importancia, veo que venden poco el helado de capuchino y me gustaría saber a quien se lo venden.

Por favor. (Sus ojos simularon ternura, pero extraño viniendo de un hombre)

Vendedora: Pues claro, es una chica más baja que tú, obvio.

Failus: ¡Je!

Vendedora: Y viene todos los días a la hora de la merienda, en la tarde, tipo siete. Y además su nombre es… ¿Señor? Señor, ¿Dónde esta?

Failus ya sabía lo que necesitaba saber, se marcho al momento inmediato de haberlo entendido.

Fue así que pasaron los minutos, y los minutos se hicieron horas, y las horas nada por que no paso ni un día. (Pequeño chiste del autor, muy malo por cierto)

Eran las siete de la tarde (Llevaba esperando desde las ocho de la mañana), y la muchacha aun no llegaba. Se hicieron las siete y media, y aun nada. Fue así que se hicieron las ocho y cerraron la heladería.

Failus: O.o, ¿Y que hago ahora?..Tengo... no… Debo… no…

¡Quiero conocerla!

…

Debe vivir cerca, a buscarla se ha dicho, pero… No se nada de ella, solo que le gusta el capuchino… ¡Un café!

Buscó por toda la ciudad una cafetería o algo relacionado,lo malo es que ya es de noche, los locales prefieren cerrar. Pero lo que nunca cerrará será la curiosidad y el afán de saber quien es esa muchacha del helado sabor capuchino.

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Cap 2
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Cap 3
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Cap 4 y final.
https://revistacaos.activo.mx/romance-f8/cap-4-entonces-espera-hasta-manana-t4.htm#9

Capitulo 2 “La Chica Del Sabor Capuchino”


Con mucha paciencia nuestro amigo Failus ha rondado por toda la ciudad hasta amanecerse, buscando a la chica que se ha robado su co…nocimiento tras el golpe que le dio.

Failus: ¿Qué tan difícil es encontrar una cafetería en esta ciudad?

Sabemos que Failus es un poco lento, pero esto es el colmo, pues a su lado se encuentra la única cafetería de la ciudad.

Garzona: ¿Se le ofrece algo, señor?

Failus: No, no se preocupe. Solo busco una cafetería.

Garzona: Pues, esta es. (La garzona simulaba una sonrisa, esa que le obligan usar a todos los trabajadores, sea cual sea su cliente)

Failus: Gracias.

Ya una vez adentro logra ver a mucha gente, de la cual la gran mayoría esta vestida formal, y uno que otro con una camisa sin corbata.

Failus: Disculpe buena dama, pero… ¿No viene por casualidad una joven muchacha a beber capuchino?

Garzona: Pues… la única muchacha que viene se acaba de ir… le puedo dar su dirección, la cual es… ¿Señor? Señor, ¿Dónde se fue?

Otra vez no se dio tiempo de esperar, y salio corriendo en busca de la “dama capuchino”.
Ya una vez afuera, corre en dirección derecha de la cafetería pues algo le dijo que fuera por ahí, esa intuición masculina, eso que nos hace pensar las cosas en un momento, y si no las hacemos perdemos. Es en este momento que su vida cambiara, dará un vuelco y le dirá la verdad de las cosas.

Fue que a lo lejos logro ver a una muchacha con un helado en la mano, un helado de capuchino.

Failus: ¡Niña!... ¿niña?... ¡Muchacha!, la del helado, ¡Espera!

Tras escuchar los datos y definiciones, se da vuelta una joven con helado de capuchino en la mano. Mientras Failus corría a gran velocidad no pudo tenerse enseguida y paso de largo por su lado. Fue en ese momento que sus vistas se cruzaron, que los ojos de la muchacha dijeron: Si… soy yo.

Capitulo 3 “Entonces Tu Nombre Es…”


Dio media vuelta y se freno de golpe frente a ella, las palabras en su mente comenzaban a tomar forma, comenzaban a formar una oración que le ayudaría en aquella situación, pero sus labios, no lo acompañaban para nada.

Failus: he... tú… árbol… ¿sueño?
Desconocida: Jeje, eres gracioso, ¿Quieres?

Le hace la pregunta mientras alza la mano y le muestra el helado que lleva consigo.

Failus: ¿Eres… real?
Desconocida: Jeje, eres aun gracioso. Ven sígueme.

En esto la pequeña dama toma de la mano a nuestro intrépido amigo y lo guía rápidamente al parque. Aunque esto fuese así, para Failus le tomo horas y horas llegar al lugar de anaranjadas hojas, pues en cada segundo que ella pasaba por sus ojos, se dedicaba a verla detalladamente, analizar su ondulante cabello al viento, ver las estelas de belleza que brotaban levemente, esa sonrisa única en su tipo, de las que un hombre dentro de un millón tiene el placer de ver. Pues un ángel no se ve todos los días, ¿O si?

Ya frente al gran árbol donde comenzó lo sucedido se largo el cruce de conceptos y oraciones.

Desconocida: Gracias por salvarme “hombre espanta perros”.
Failus: Je, disculpa. Mi nombre es Failus… ¿y el tuyo?
Desconocida: ¿Yo?, yo soy... hmmm ¿yo?
Failus: Ok… hmmm, ¿Qué hacías allá arriba?
Desconocida: Me escondía, jijiji.
Failus: ¿De que?
Desconocida: De los perros…
Failus: ¿Por qué?
Desconocida: Es que…, en un comienzo le di helado a uno de ellos, y luego llego otro al cual también le di helado, fue en eso que comenzaron a llegar muchísimos perros y así fue así que corrí hasta este parque y me subí al árbol, fue en eso, que recién te diste cuenta, y comenzaste a echar a los perros, el problema fue que cuando subí, la rama se quebró un poco. Lamentablemente en ese momento tú ya estabas arriba y yo no atine a decir nada más que: No te acerques. Y eso. - La sonrisa de la joven solo se perdía cuando de un bocado desaparecía un poco de helado.
Failus: Wow, de pronto eres una niña callada y luego me hablas como si nada, es extraño todo esto… yo…
Desconocida: Te has puesto colorado, ¿Por qué?
Failus: ¿Yo?, no, estas mintiendo.
Desconocida: ¿Me has dicho mentirosa?
Failus: No, no fue eso lo que quise decir, es que…
Desconocida: Es que... ¿Qué?
Failus: Eres…
Desconocida: ¿soy?…
Failus: Hermosa…

…

Desconocida: (Es gracioso cuando una muchacha se sonroja e intenta disimularlo, y así se sonroja más) Bueno, yo… ya me... tengo que ir…
Failus: Hazme el favor de dejarme conocerte aun más.
Desconocida: Ufff, ok… nos veremos mañana
Failus: ¿Dónde?
Desconocida: Tú sabrás, ya me buscaste una vez, y lo hiciste bien.

La muchacha ya comienza su marcha alejándose así de Failus.

Failus: ¡¿Pero como te buscare?!, ¡Ni siquiera se tu nombre!
Desconocida: A… si es cierto… Mi nombre es… Shiho Subara

Capitulo 4 “¿Sueño?”

Nota: ·///· , ese simbolo significa sonroja.

Failus se toma de la barbilla mientras camina de un lado al otro del parque. Buscando a Shiho Subara “Niña del capuchino”.
Como todo hombre, este galán quiere tenerle un regalo, invitarla a salir, o algo…

Failus: Hmmm, donde… ¿en la cafetería?, pero si fuese a allá y ella llegase aquí, eso seria malo, pero en cambio si la espero aquí y ella se va para allá. Esto es bastante complicado, mejor me voy Haaaaaaaaaaaaaaaaaaaa!!!!!

Tal extraño y profundo grito, es causado por un perro enorme que se acerca corriendo a gran velocidad a Failus. ¡A corre ser ha dicho Failus!

Failus: ¿He?, ¿Qué haces amigo?, ¿A dónde me llevas?... ¡Hey, espera! No me tires….

Tras un interesante viaje perruno, Failus llega nuevamente al puesto de helados, donde una a bella dama se compra un típico helado de capuchino.

Shiho: Veo que llegas, Failus.

Failus: •///•… si.

Shiho: ¿Sucede algo?

Failus: ¡No!, ¡Nada!

Shiho: (Le toma de la barbilla y lo mira directamente a los ojos) Tranquilo, no te morderé.

Failus solo atina a tragar saliva y tratar de evitar esos profundos ojos.

Failus: Un helado por favor.

La vendedora le entrega un helado sin que Failus se lo pidiese de este sabor. Capuchino.

Shiho lo toma de la mano y se lo lleva corriendo al parque, haciéndolo sentar en una banca bastante alejada de la gente, donde ya solo quedaban árboles, aire, aves y ellos.

Shiho: ¿De que es tu helado niño raro?

Failus: Pues es de… ¿Niño raro?

Shiho: Nunca había probado ese sabor… ¿Cómo será?

Más rápida que el rayo demostró ser Shiho al sacar un pedazo de el helado de Failus en un abrir y cerrar de ojos.

Shiho: Me engañaste, es de capuchino al igual que el mío. Mentiroso.

Failus: Me gustaría saber a que sabe tu helado.

Shiho: Pues es el mismo que el tu…

Failus lame un poco de helado que Shiho se dejó en el rostro, haciéndolo lentamente mientras Shiho se ruboriza, acompañando este gesto con un leve tiriton.

Shiho: •///• ¿Por qué hiciste eso?

Failus: Tu helado es más sabroso que el mío, ¿Sabias eso?

Shiho: …

Es ahora el turno de Failus. Este la toma del mentón y se la acerca lentamente a los labios. Una vez allí la besa lentamente, solo para tomar el sabor de helado que rozaba los labios de la bella muchacha.

Failus: Sips, tu helado es más sabroso.

Shiho: No lo hagas…

Failus: ¿Qué?

Shiho: No lo vuelvas a hacer ¡Nunca más!

Es en eso que Shiho se levanta derramando su helado a lo largo de toso su vestido. Sin importarle esto comienza a correr rápidamente, con tal de alejarse de ese lugar.

Failus: Shiho, ¡No te vallas! Por favor...

Failus comienza a correr tras ella, pero sin lograr algo positivo, sino que extrañamente comienza a alejarse cada vez más, aunque corriese tras ella la imagen se alejaba y se oscurecía, y se nublaba, y…. se acababa.




En un parque un hombre sentado despierta en una banca cualquiera. Despierta a causa del ladrido de unos perros a un árbol cercano.

Failus: Ay!… mi cabeza… ¡Shiho! … Shiho, ¿Dónde estas?, No creo que se haya ido así como así. (Mira su reloj sin analizar la hora, solo hace por suma inercia) Es lunes… ¿Aun?, acaso todo fue un sue…
¡No!, eso fue real, yo la vi, yo… la besé.
(Pasa sus dedos por los labios)
No puede ser, yo la sentí con migo, yo estuve con ella, yo… ¡Los perros!

Sin pensarlo dos veces mira hacia la copa del árbol, logrando ver algo borroso y que se movía. Fue así que, despojándose de todos sus pesos, subió a la copa del árbol rasmillándose con las ramas y astillas que brotaba el árbol en una que otra parte. Y la impresión (Mala por cierto) que se llevo al ver la rama donde esta vez solo pudo ver un gato con un poco de carne entre los dientes. El gato salto a otra rama y se fue junto con los perros.

Failus: Ya… no queda nada…


...



Tras esta triste escena. Un hombre, aparentemente de 24 años disfruta el atardecer en una banca de un parque cercano, mientras tanto, un helado de capuchino se derrite en su mano.