- ¿Qué haces? – Le preguntó ella mientras se recargaba en sus hombros y espiaba la computadora.
- Nada que te importe, ahora vete por favor -.
- No seas malo conmigo y déjame leer, quiero saber que escribes ahora…
- Ya te dije que no, solo quiero hacerlo en paz –
-¡Anda vamos, déjame!
Se puso de pie y la sacó de la habitación, tomándola de la ropa, haciendo alusión a la gran fuerza que poseía, o quizás a lo liviana que era ella.
- Ahora sí, podré escribir en paz, ¿Dónde iba? ¡Ah sí! – Continuó escribiendo...
"(...)Luego de que ella quiso saber que escribía, solo me limité a decir “algo”, no se por qué no le dije la verdad, quizás… por que hacerme el interesante no era lo mío, pero resultaba ser lo que más solía hacer”
- ¡Anda vamos déjame leer! – Gritaba desde afuera de la habitación…
- ¡Ya te dije que no! ¡¿Por qué deseas tanto saberlo?!
- Porque tú siempre has dicho que eres buen escritor, pero jamás me has dejado leer algo tuyo, y eso es algo deprimente.
Se tomó un par de minutos para digerir las palabras, quizás ella tenía razón…
- Ven entra, pero no molestes…
- ¿Podré leer lo que escribes?
- Sí, podrás leer lo que escribo…
Volvió a su silla y siguió escribiendo… Ella se sentó atrás para leer…
- Eres un triste sujeto…
- ¿Por qué lo dices?
- Escribes sobre una vida que no existe, y por la cual no haces nada para que exista.
. . .
Afuera llovía, y un sujeto escribía sobre una triste vida que jamás existió.
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Es una historia que escribí, para desahogar ciertas cosas... mientras que aun me hundo en lagrimas que no lloro.
Sin Comentarios.